Oídos

Siento el ruido del teléfono, pero no quiero atender. Prefiero permanecer aquí , sentada entre mis pensamientos que por momentos me muestran una mueca a la que sonrío y en otros me arrancan alguna lágrima que se pierde en el contorno de mi rostro y muere , para luego desvanecerse en el frío silencio de la habitación.
Mis manos sostienen mis oídos como si se quisieran desplomar. Quisiera que deje de sonar, interrumpe mis imágenes , las desarma como a débiles hojas de otoño y tengo que volver empezar , hilar cada recuerdo, cada insignificante cuadro, miradas ocultas, movimientos imperceptibles todos son importantes para armar mi escena como el dramaturgo que busca el acto deseado en pos de la catarsis.
Basta!, mis piernas están cansadas, inmóviles, casi desechas se durmieron, imagino que sueñan con esferas extrañas, parecen felices allí...seguramente están muy lejos de aquí. Las dejare donde están, no deben ir atender el llamado.
Ya no quiero escuchar ruidos ajenos a mi respiración, se hace insoportable cada onda intrusa como un parásito hospedado en mis neuronas, irrita a mis oídos egoístas
Por favor , silencio...Ahora mi mente se contamino de absurdos lamentos que tienen ese repugnante olor a desosiego...Las sonrisas ingenuas, escaparon aterrorizadas por la hostilidad de mi boca-nunca estuvieron en un rostro tan pesimista-
El llamado insiste, pero no hablaré, no diré lo que quieres oír, no es por rigor ni cobardía. No lo escucharas , no lo entenderás, es evidente que tus sentidos son inmunes a mis precarias palabras. Sabrás que serán garabatos en vano, saliva derrochada, sonidos sumisos perdidos en el rápido tráfico del aire. Por eso me evoco al silencio, a la mudez de muerte , de inexistencia o tal vez peor aún, a la desaparecida indeferencia.
No se si suena, siquiera lo oigo ya. Quizá lo haya dejado de hacer hace tiempo...mis manos se acostumbraron a las vibraciones de ese insufrible sonido. De cualquier manera no tiene importancia, nunca la tuvo. Por eso me quedaré aquí entre mis pensamientos desvariados, sin razón para mover mis atrofiados músculos.

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