Sentado en el parque
Mi primer cuento!, le saque un poco el polvo, lo leí y rei de mis viejas palabras.Y ahora aca esta...
Sentado en el parque , sitio al que nunca había ido. Lo encontré caminando por la calle , me sentí atraído por el aroma de los pinos o quizás tan simplemente fue que me sentí identificado con su desolada soledad.
Me senté cerca de un árbol, seleccioné la ubicación perfecta .Parece casi maniático elegir un lugar en el que tan solo vas a sentarte, pero convierte algo tan simple en un sitio personal. Donde yo pueda ver a mi alrededor , pero en el que nadie divise mi rostro, el sol cubra mi perfil izquierdo (simplemente por que es mi hemisferio preferido). Cuando por fin encontré la posición adecuada mi mente como de costumbre comenzó a trasladarse, primero no sabía muy bien hacia donde se estaba dirigiendo, a veces empieza los viajes sin mí. Pero luego de un momento recordé aquel día en que te conocí.
Te había visto sola –quizá la soledad sea un elemento de seducción para mi-las gotas de la reciente lluvia estaban colgadas de toda tu figura .Dijiste... no... no dijiste nada. Tu silencio fue tan expresivo que me pareció oírte. Caminabas por esta misma calle , frustrada por que la lluvia demoraba tus pasos y una hermosa noche se había convertido en una odisea. Yo iba manejando, toque bocina e hice un ademán amigable(cuando te imaginé sufriendo las inclemencias del clima). Subiste sin vacilar, eso me asustó .Soy Graciela , mi casa queda a quince cuadras. La llevaré. No dijo gracias o al menos yo no la escuche.
Hablamos de la vacía vida en la ciudad de lo cansados que estamos del color gris y sentir ese amargo perfume urbano. Era dulce y delicada , pero a la vez severa y objetiva al momento de describir la realidad. Sus ademanes por momentos eran exagerados , y a veces sus miradas eran suficientes para decorar sus monólogos. Su sonrisa , solo sonrió en una ocasión ,pero no la pude ver por que su brillo destelló mi vista .Miento. No sonrió .Pero me la imagino llena de una energía abrumante, para mis gestos poco especiales. Llegamos-Nos veremos de vuelta- .No se cuando .Pero pronto seguramente.
Recién encontré una lapicera en mi bolsillo voy a escribir sobre. El amor.¡no! Es un tema del que todos quieren oír hablar ,pero yo ya no recuerdo como luce .Mi inspiración fue efímera.
Al día siguiente solo pensé en como encontrarla de nuevo. Cuan lejos puede ser pronto. Voy a recorrer ese camino todos los días en el mismo horario hasta encontrarla inesperadamente para ella. Pero desesperadamente calculado por mí.
Una anciana en la vereda del frente estaba sentada debajo de un pequeño árbol , unos minutos después veo salir un viejo con una mirada amigable. El hombre susurra unas cortas palabras en el oído de la anciana. Luego se miran como si fueran dos jóvenes enamorados y se abrazan .Que extraño. Vi al amor tan lejos de mis brazos. Por un momento pensé envidiar sus tibias miradas, sus manos llenas de confianza .Yo con mi juventud me encontraba con menos vida.
Llegaron las 21.30 hora de hacer el planeado recorrido .Tome mi sobretodo , las llaves. Y en el trayecto hacia la puerta observé un viejo libro sobre la biblioteca. Fue mas fuerte que mis deseos de marcharme , tuve que tomarlo y releer al menos cinco de esas amarillentas y húmedas páginas.
De repente una brisa me despertó porque la soledad me estaba adormeciendo entre tantos pensamientos , y mi rutinario pesimismo .Observé mi viejo cuaderno y recordé lo absurdo de escribir en la tarde, pues solo vienen las palabras buscadas al anochecer.
Colmado de duda y de hipocresía (que alimenta a mi propia alma desteñida y desesperada, ya en harapos) ,me quede inmóvil. Mi mente fue desfachatada y mi imaginación enfermiza al que creer que al buscar a Graciela podría saciar mi irreparable soledad. Por eso nunca escuche su voz, nunca toque bocina, nunca la busqué . Solo me quede sentado en este parque y sin querer convertí otra dulce tarde en una noche sombría.
Mi temor al amor, a la conquista más que al fracaso, me habían transformado en otra estatua de ese parque .
Sentado en el parque , sitio al que nunca había ido. Lo encontré caminando por la calle , me sentí atraído por el aroma de los pinos o quizás tan simplemente fue que me sentí identificado con su desolada soledad.
Me senté cerca de un árbol, seleccioné la ubicación perfecta .Parece casi maniático elegir un lugar en el que tan solo vas a sentarte, pero convierte algo tan simple en un sitio personal. Donde yo pueda ver a mi alrededor , pero en el que nadie divise mi rostro, el sol cubra mi perfil izquierdo (simplemente por que es mi hemisferio preferido). Cuando por fin encontré la posición adecuada mi mente como de costumbre comenzó a trasladarse, primero no sabía muy bien hacia donde se estaba dirigiendo, a veces empieza los viajes sin mí. Pero luego de un momento recordé aquel día en que te conocí.
Te había visto sola –quizá la soledad sea un elemento de seducción para mi-las gotas de la reciente lluvia estaban colgadas de toda tu figura .Dijiste... no... no dijiste nada. Tu silencio fue tan expresivo que me pareció oírte. Caminabas por esta misma calle , frustrada por que la lluvia demoraba tus pasos y una hermosa noche se había convertido en una odisea. Yo iba manejando, toque bocina e hice un ademán amigable(cuando te imaginé sufriendo las inclemencias del clima). Subiste sin vacilar, eso me asustó .Soy Graciela , mi casa queda a quince cuadras. La llevaré. No dijo gracias o al menos yo no la escuche.
Hablamos de la vacía vida en la ciudad de lo cansados que estamos del color gris y sentir ese amargo perfume urbano. Era dulce y delicada , pero a la vez severa y objetiva al momento de describir la realidad. Sus ademanes por momentos eran exagerados , y a veces sus miradas eran suficientes para decorar sus monólogos. Su sonrisa , solo sonrió en una ocasión ,pero no la pude ver por que su brillo destelló mi vista .Miento. No sonrió .Pero me la imagino llena de una energía abrumante, para mis gestos poco especiales. Llegamos-Nos veremos de vuelta- .No se cuando .Pero pronto seguramente.
Recién encontré una lapicera en mi bolsillo voy a escribir sobre. El amor.¡no! Es un tema del que todos quieren oír hablar ,pero yo ya no recuerdo como luce .Mi inspiración fue efímera.
Al día siguiente solo pensé en como encontrarla de nuevo. Cuan lejos puede ser pronto. Voy a recorrer ese camino todos los días en el mismo horario hasta encontrarla inesperadamente para ella. Pero desesperadamente calculado por mí.
Una anciana en la vereda del frente estaba sentada debajo de un pequeño árbol , unos minutos después veo salir un viejo con una mirada amigable. El hombre susurra unas cortas palabras en el oído de la anciana. Luego se miran como si fueran dos jóvenes enamorados y se abrazan .Que extraño. Vi al amor tan lejos de mis brazos. Por un momento pensé envidiar sus tibias miradas, sus manos llenas de confianza .Yo con mi juventud me encontraba con menos vida.
Llegaron las 21.30 hora de hacer el planeado recorrido .Tome mi sobretodo , las llaves. Y en el trayecto hacia la puerta observé un viejo libro sobre la biblioteca. Fue mas fuerte que mis deseos de marcharme , tuve que tomarlo y releer al menos cinco de esas amarillentas y húmedas páginas.
De repente una brisa me despertó porque la soledad me estaba adormeciendo entre tantos pensamientos , y mi rutinario pesimismo .Observé mi viejo cuaderno y recordé lo absurdo de escribir en la tarde, pues solo vienen las palabras buscadas al anochecer.
Colmado de duda y de hipocresía (que alimenta a mi propia alma desteñida y desesperada, ya en harapos) ,me quede inmóvil. Mi mente fue desfachatada y mi imaginación enfermiza al que creer que al buscar a Graciela podría saciar mi irreparable soledad. Por eso nunca escuche su voz, nunca toque bocina, nunca la busqué . Solo me quede sentado en este parque y sin querer convertí otra dulce tarde en una noche sombría.
Mi temor al amor, a la conquista más que al fracaso, me habían transformado en otra estatua de ese parque .
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